jueves, 31 de enero de 2013

LOS CARACOLES 

Los caracoles coincide con la definición que Elvira Ordóñez Cocovi entiende por arquitectura dispersa “conjunto de elementos arquitectónicos singulares que se encuentran situados fuera del casco urbano y aislados de cualquier forma de vida o agrupación colectiva”. La arquitectura de la piedra en seco es el Patrimonio Cultural que nos han dejado nuestros antepasados. Es la expresión de formas de vida anterior, marcadas por la climatología y la orografía de Rus. La necesidad de suelo agrícola hizo que se extrajeran de sus tierras grandes cantidades de piedra que era necesario dejar en las proximidades del terreno transformado, buscándole al mismo tiempo una utilidad. Con las piedras, el ingenio y sus manos, como únicos ingredientes, los ruseños hicieron cientos de paredes de piedra en seco, pasos, caminos empedrados, abrevaderos, pozos, fuentes, balsas, majanos, bancales, etc. Y por encima de todo, caracoles, cobijo perfecto para resguardarse del agua y del calor, un lugar donde guardar los enseres… y sobre todo, una delicia para la vista.



Arquitectura ecológica que ha transformado el paisaje de una manera sabia y respetuosa con el medio ambiente. Es en definitiva un legado cultural hecho de piedra por artesanos anónimos, gente sencilla que no disponía de otros medios para hacernos llegar su cultura y la expresión de su forma de vida.


Estamos ante una antiquísima tradición que se remonta a las primeras culturas urbanas y campesinas y que por su efectividad y su escasa demanda de medios, ha pervivido a lo largo de los siglos. Los muros que aterrazan las montañas delimitando los bancales de cultivo (en Rus “laeros”), los paredones que hacen de linde entre las propiedades agrícolas e incluso los ordenados amontonamientos de las piedras arrancadas a las tierras para mejorar su escasa calidad y depositadas al borde de los campos formando “majanos”, han constituido los elementos más próximos e inmediatos a las construcciones que aquí nos ocupan.


Por definición “piedra seca” significa, sin otro elemento que aglutine el conjunto. Piedra sobre piedra, en seco. Y esta técnica depurada pese a lo elemental de sus recursos, es el ejemplo claro de la optimización de estos en busca de una efectividad utilitaria. Cuando el campesino se ha visto enfrentado a la necesidad de limpiar su propiedad para mejorarla, el arranque de la piedra, su acarreo y depósito en las lindes, han sido las tareas primero abordadas. Esa piedra ha sido el elemento empobrecedor de su propiedad; molesta presencia luego a la hora de depositarla fuera del campo y por último elemento de deshecho. No obstante y siguiendo las leyes básicas de la utilización de los recursos, esa piedra amontonada se ha utilizado para cubrir necesidades puntuales y así por conveniencia y efectividad, se ha transformado en material de construcción.



La técnica de utilizar únicamente piedras de diferentes tamaños y formas, consiguiendo mediante su ensamblado, la sabiduría del hombre y la gravedad de la Tierra, una estructura estable, perdurable en el tiempo y para la finalidad que se crearon. La técnica de la piedra en seco tiene una serie de características que la hacen un sistema muy particular:
  •  El uso de la piedra como único material constructivo sin ningún tipo de argamasa de unión, ni yeso, ni cal, ni cemento, ni arcilla, etc. Las piedras se sostienen por su propio peso.
  • Están totalmente integradas en el entorno natural, el paisaje y las construcciones forman un todo, al que llamamos el paisaje humanizado.
  • Es una arquitectura local, utiliza la piedra del entorno, que suele ser muy abundante. Sólo en algunos lugares deberá ser transportada, lo que influirá en que existan menos elementos de piedra en seco.
  • Es una arquitectura pobre, sólo el trabajo del hombre y la piedra, por eso se utilizará en las zonas más pobres como el secano, en las zonas de regadío donde el valor de la tierra es mayor, encontraremos menos aplicaciones de piedra en seco, éstas utilizarán además cal y arena.
  • Suele emplearse piedra poco trabajada, como se encuentra en el lugar y otras veces tallada ligeramente.
  • Utiliza piedras de tamaño y peso relativamente pequeños, generalmente un solo hombre es capaz de manejarlas.
  • Lo anterior hace que sea una técnica constructiva individual, un hombre ayudándose de herramientas rudimentarias es capaz de realizar la construcción.
  • Es una obra anónima, no suele quedar para la posterioridad el autor de la obra.
  • Utiliza pocas herramientas, algunas para la extracción, transporte y trabajo de la piedra, pero serán la técnica y la habilidad del hombre las herramientas fundamentales.
  • Es una necesidad, el origen de la utilización de la piedra como elemento constructivo coincide con nuevas necesidades del hombre, ya sean agrícolas, división de tierras, domesticación de animales, refugio, etc. que junto con la depuración de la técnica harán que se puedan ir resolviendo todos los problemas aportando las soluciones correctas.
  • Toma como espejo la naturaleza: una cueva, un muro que contiene la tierra arrastrada por la lluvia, una losa que contiene la erosión, etc. el hombre creará una solución a semejanza de lo que ha visto en la naturaleza.


Los caracoles. Bajo este término es conocido un conjunto de construcciones pétreas de carácter rural que aparecen con frecuencia en diversos puntos de los campos ruseños. Aunque existen variantes tipológicas, presenta como rasgo común que las caracteriza el estar construidas en piedra dispuesta a hueso (colocación de piedras cuya junta se forma con el propio material sin el empleo de adhesivos o morteros originando un junteo en seco)y el empleo de la falsa cúpula por aproximación de hiladas (un tipo de cubierta de planta circular y desarrollo en altura a través de hiladas concéntricas de piedras que se van cerrando conforme suben presentando cada una de las piezas un ligero vuelo al interior y quedando en plano o levemente inclinadas hacia fuera. Es la solución que supone el máximo exponente de la técnica de la piedra seca)


Este sistema constructivo se remonta al tercer milenio antes de Cristo en que se difunde por toda la cuenca mediterránea, y uno de cuyos ejemplos más notables serían los THOLOI


No está documentada una continuidad histórica de este tipo constructivo, si bien encontramos en toda esta área diversas construcciones que, aun con variantes, reflejan este esquema, por ejemplo los TRULLI italianos, Los Trulli di Alberobello en Puglia (Apulia), al sur-este de Italia, son pintorescas construcciones con techo cónico que datan de la prehistoria de la Val d’Itria. El color oscuro de la cobertura de la piedra local contrasta con la blancura de la parte inferior cilíndrica. Todo el pueblo evoca la atmósfera de un antiguo asentamiento que se desarrolló entre los siglos XVI y XVII por los condes de Conversano. En 1996, los Trulli de Alberobello fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCOTambién presentan coincidencias con los BORTES provenzales o los GARRIOTES en otras partes de Francia.


En la misma Península aparece una amplia representación de los mismos: BOMBOS manchegos, CABANES DE VOLTA del Levante Castellonense o los CAVANES DE PASTOR en el Alto Maestrazgo.


 En Rus los antecedentes no son conocidos; los actualmente conservados se remontan a finales del siglo XIX y primer tercio del XX, según testimonios orales y en algunos casos escritos en la piedra final de la bóveda.



Se usaban como refugio temporales, asociados casi siempre al cultivo de la vid o del almendro, emplazados en minifundios en los que todo el terreno se precisaba para garantizar una mejor explotación. Surgieron de una doble finalidad práctica: al roturar la tierra, las piedras extraídas eran usadas tanto para erigir pequeños muretes que delimitaban las propiedades como para levantar estas estructuras.


Presentaban los siguientes usos:
  • Cobijo estacional frente a las lluvias y sombra en las épocas cálidas, pues en estos cultivos no existía arbolado. A veces el caracol tiene ante sí una higuera. Su pequeña escala, no los habilita como lugar de habitación, más bien como sombra donde comer.




  • Vigilancia: al estar asociados a sistemas de cultivo cuyo fruto hay que recoger en un corto y concreto espacio de tiempo, se impone el garantizar su control, especialmente por la noche y evitar así las pérdidas por sustracción. En su reducido interior pueden dormir una o dos personas.

Tipologías:
  • El tipo más simple presenta planta circular y alzada de perfil troncocónico.  Sus dimensiones se estabilizan en torno a los tres metros de diámetro.


  • Presentar un exterior cuadrangular y una cubierta a cuatro aguas. Aparecen dos variantes:
  1. Interior circular con cerramiento de falsa bóveda.
  2. Interior también cuadrangular con cubierta a modo de bóveda de plementería. (la planta de esta cubierta es de forma rectangular por lo que las hiladas que remontan de manera independiente desde los cuatro muros de la base van aproximándose hasta su conjunción en un punto central).
  3. Existe un tercer tipo, de mayores dimensiones, emplazado en las eras, cuya finalidad era guardar los aperos empleados en la trilla y que se diferenciaba de los restantes por disponer de un sistema de cierre del hueco de acceso, que en los demás permanecía abierto.


Sistema constructivo:
Sobre muro perimetral de mampostería a hueso, se eleva una falsa cúpula conseguida por sucesivas hiladas de elementos autoportantes en equilibrio estático, dando como resultado un perfil ligeramente apuntado que se remata por una laja a modo de clave. Por lo general el trasdós de esta cubierta se protege con barro para impermeabilizar el exterior y reforzar la consistencia de la fábrica.


Los muros presentan dos variantes: alzado a base de piedras de pequeño tamaño y otros a base de sillarejo toscamente labrado.


Las cubiertas también presentan por lo general una doble variante: hiladas de piedras pequeñas, que obliga a aumentar su número (hasta 15) y permiten una mayor elevación; y aquellas formadas por un máximo de cuatro o cinco hiladas de grandes lajas. (Información extraída del módulo de promoción y desarrollo de la escuela taller de Baeza. Fotos del autor, tomadas todas en el término municipal de Rus).


Construcción singular unida a la agricultura de Rus.  Ese pequeño habitáculo de planta redonda, rectangular y en la mayoría de los casos cuadrada.  El techo tiene forma de cúpula en el caso de los circulares, de medio cilindro en los de planta rectangular y a cuatro aguas si era cuadrada.

  

Estos caracoles que servían sobretodo en los meses de julio y agosto, sobresalían entre los haces de trigo, cebada, habas, garbanzos y veza.  Llegado el verano abrían sus puertas, se blanqueaban con cal y se convertían en el lugar más buscado de las siestas.  Si hacía calor nos refugiábamos entre sus muros, cogíamos espigas y las desgranábamos o algún “pincho borriquero” al que le quitábamos la parte pinchosa y dejábamos la parte interior, una pelusa blanca, convirtiéndolo en brocha de afeitar.  Primero se barría para quitar la tierra acumulada del resto de las estaciones y se recogían las piedras. Sacaban las horcas del caracol y ponían la botija a su cobijo.









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